Matar es universal

Todas las lenguas tienen frases hechas. Son expresiones populares que tenemos muy integradas y que utilizamos sin ser conscientes de que las estamos diciendo. Y es curioso que podamos encontrar algunas idénticas a pesar de situarse en comunidades lingüísticas muy diversas.

Es el caso, por ejemplo, del juego de palabras «matar el tiempo». Me pregunto dónde tuvo su origen porque lo podemos oír en casi todo el planeta. El viaje será muy largo; leeré para matar el tiempo, dicen los que se deleitarán con una novela del siempre sorprendente Kiko Amat y su universo tan personal. Naturalmente, no nos asombra cuando alguien afirma El viatge serà molt llarg; llegiré per matar el temps, y disfruta de los poemas breves y directos de Anna Gual, traducida incluso al ruso y al croata. Tampoco extraña si al prestar atención entendemos Le voyage serà très longe; je vais lire pour tuer le temps, y vemos que se evade con una de las exitosas obras teatrales de Yasmina Reza. Despierta la curiosidad advertir que algunos explican Die Reise wird sehr lang sein; ich werde lesen, um die Zeit totzuschlagen, y se quedan fascinados con una novela gráfica de la ilustradora Barbara Yelin.

                       

Podemos seguir con kill time en inglés, ammazzare il tempo en italiano o matar o tempo en portugués. Cuando viajamos un poco más, impacta oír убивать время [ubivat’ vremya] en ruso y قتل الوقت [qutil alwaqt] en árabe. Es asombroso que lleguemos al océano Pacífico y alcancemos a comprender 時間つぶし[ma o motaseru] en japonés. Pero es que ¡hasta en la tundra los inuit matan el tiempo con su ᐊᓪᕋᖅᓴᔪᖅ [alraqsajuq] !

Todos emplearán su tiempo en leer para distraerse, de manera que las horas transcurran más plácidamente y, de ese modo, tener la sensación de que la vida pasa más veloz.  Pero, ¿por qué lo matamos? Podríamos decir «pasar el tiempo», «ocupar el tiempo», «pasar el rato», incluso «evitar el aburrimiento» o «entretenernos». Tenemos una gran variedad de locuciones para expresar esta idea y, sin embargo, hemos necesitado otra que incluya un verbo más siniestro: matar. Eso sí, en alemán lo harán de una forma un poco más violenta con su «die Zeit totschlagen». Porque podrían decir «die Zeit töten» o «die Zeit umbringen». Pero no, ellos prefieren golpearlo hasta matarlo.

Pobre tiempo.

La palabra interminable del Danubio

«Donaudampfschifffahrtselektrizitätenhauptbetriebswerkbauunterbeamtengesellschaft».

«Sociedad de funcionarios subalternos de la construcción de la central eléctrica principal de la compañía de barcos de vapor del Danubio».

No juegues nunca al Scrabble con un alemán.

Es la palabra más larga en alemán, aunque no figura en el diccionario, algo que ocurre con frecuencia en este idioma.

Me fascina la capacidad que tienen los alemanes para crear nuevas palabras uniendo dos, tres, cuatro o las que haga falta. Nosotros necesitamos un puñado de preposiciones y artículos para dar forma y sentido a nuestras denominaciones.

Esta sociedad, que cuelga alegremente su placa en la entrada, se encuentra en Passau, la «ciudad de los tres ríos», una preciosa capital de Bavaria, con un marcado peso histórico y una gran vida cultural, donde confluyen el Eno (con sus aguas de color verde, que vienen de los Alpes), el Danubio (de agua azul) y el Ilz (con aguas oscuras porque provienen de una zona pantanosa). En el punto en el que se encuentran puede distinguirse el color cambiante de los tres cauces. Una imagen realmente curiosa e impactante.

Impactante como la placa de la sociedad de la compañía de barcos del Danubio. Una palabra de 80 letras. Sin palabras.